Manon Lescaut, La Monnaie
El pasado sábado me fuí a Bruselas para presenciar el debut de Eva-Maria Westbroek como Manon Lescaut junto al tenor estadounidense Brandon Jovanovich como Des Grieux. He de confensar que pocos atractivos más tenía para mí esta función, a parte de volver a ver Manon Lescaut que últimamente no se representa mucho.
Me gustó Eva-Maria Westbroek aunque me pareció que la puesta en escena, ya la comentaré más adelante, no la ayudó a hacerse con el papel.
No me defraudó Brandon Jovanovich, al que ya le había escuchado en el Liceu como Don José hace un par de temporadas, ya que compuso a un torturado Des Grieux. Lució unos agudos frescos y potentes y supo estar intimista en el aria Donna non vidi mai que, a mí, me puso el vello de punta.
Correctos Aris Agiris, como Lescaut, y Giovanni Furlanetto como el abyecto Géronte. Muy ben el coro. Carlo Rizzi estuvo pendiente de los cantantes, su dirección fue vigorosa, un Puccini con alma, muy lejos de lo que veímos en escena, afortunadamente.
La puesta en escena del director de cine polaco Mariusz Trelinski empezó muy prometedora en el primer acto para luego ir cayendo en la caricatura. El primer acto transcurre en una estación de tren, incluso escuchamos su paso, donde somos testigos del encuentro de Des Grieux y Manon Lescaut.
En el segundo acto empiezan los despropósitos y la escena empieza a alejarse, poco a poco, de lo que indica la música. Trelinski hace un pastiche de referentes cinematográficos de diferentes épocas, Lescaut parece sacado de la película Fiebre del sábado noche con la camisa negra y el traje blanco y Géronte más parace el Dr. No de las películas de James Bond. Todo ello aliñado con personajes de relleno que no sabemos qué significan en la trama.
Al final, en el último acto, lo que ocurre en escena y lo que dice el libreto y la música de Puccini están en las antípodas. Por no haber no hay ni contacto físico entre Manon y Des Grieux. Una lástima que química existente entre Jovanovich y la Westbroek no se explote en esta puesta en escena egoísta. Trelinski no se pone al servicio de la música y el libreto y esa debería ser su objetivo.
A pesar de Trelinski y de la gélida Bruselas me lo pasé estupendamente, las voces y la música de Puccini salvaron la noche.
Actualización: Se puede ver la ópera completa bajo demanda hasta el 4 de Marzo de 2013.
Publicado el 3 febrero 2013 en 2012-2013, Ópera y etiquetado en Agiris, Furlanetto, Jovanovich, La Monnaie, Westbroek. Guarda el enlace permanente. 2 comentarios.
Me alegro de que disfrutaras de las voces en una de las partituras más excitantes de Giacomo Puccini.Soy un gran defensor de las puestas en escena rompedoras o radicales ,si estan bien pensadas y mantienen un mínimo de coherencia con la historia que se nos está explicando.Es decir me da igual donde se situe la acción del último acto.Puede ser en el desierto de Luisiana,en un burdel,en la sacristía de Notre Dame o en una area de servicio de la autopista.Pero los protagonistas deben estar pegados el uno al otro,enamorados y deben demostrar que el final de la vida de Manon es inminente.En caso contrario creo que se está traicionando el espíritu y la música de la obra.Algo parecido nos pasó en la Opera de Graz,donde Manon se acababa enrrollando(segun Stefan Herheim) con el compositor:Giacomo Puccini mientras Des Grieux seguía trabajando en su estudio de arquitecto (???)
Hola dandini, gracias por comentar. A mí tampoco me importa transportar la acción siempre que sea para servir a la obra. Aquí el último acto estaba en las antípodas de lo que comentas con lo que no me satisfizo en absoluto. Por eso digo que la dirección de escena fue egoísta…
Parece ser que la próxima temporada la ROH tiene prevista Manon Lescaut, seguramente con Kaufmann y la Opolais, aunque si fuera con la Westbroek tampoco me importaría… 😉