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Réquiem de Verdi con dos Grammys

El pasado Febrero la grabación del Réquiem de Verdi por la Chicago Symphony Orchestra (CSO) bajo la dirección de Riccardo Muti obtuvo dos Grammys. Uno al Mejor álbum de Clásica y otro a la Mejor interpretación Coral.

El elenco vocal del Réquiem está compuesto por Barbara Frittoli (soprano), Olga Borodina (mezzo-soprano), Mario Zeffiri (tenor) e Ildar Abdrazakov (bajo), acompañados por el Chicago Symphony Chorus.

Este disco, una grabación en directo, se ha lanzado bajo un sello propio de la CSO y con él se deja constancia del primer año de Riccardo Muti como director de la orquesta.

Parece que al Réquiem grabado por Claudio Abbado le ha salido un serio competidor para estar entre las mejores grabaciones del siglo XXI de esta obra.

Escuchemos el Offertorio (10 m., 48 s.) de esta grabación.

La damnation de Faust, TR

Ayer en la primera función de La damnation de Faust, en versión de concierto, el Teatro Real ofrecía bastantes huecos. Fue una lástima porque los que no fueron se perdieron un excelente Berlioz.

Uno de los grandes atractivos de la función de anoche era presenciar el debut del tenor lírico Piotr Beczala en el TR, al que tuve la suerte de escuchar, como Alfredo, este invierno en Múnich. El exigente Faust de Berlioz es toda una prueba de resistencia y poderío para un tenor, sería interesante ver cómo salía Beczala de la prueba.

Hay que decir que Beczala superó la prueba con creces. Superó sin dificultad los agudos de la parte, le pudimos escucharle muy bien a pesar de la densidad orquestal de Berlioz y además le pudimos oír unos pianos estupendos en los que no tuvo ningún problema. Al final de la obra cuando tiene que cantar con el coro y con todo la masa orquestal, en el esfuerzo final, salió bien parado aunque cansado.

La otra protagonista, como Marguerite, fue la mezzosoprano Olga Borodina que también debutaba en una ópera en el TR. Pudimos escuchar su rotundo registro grave, aterciopelado y ancho. Los agudos también sonaron bien, aunque tuvo unos pequeñísmos problemas por pequeñas faltas de aire, imputables inicialmente a una leve catarro que más tarde se confirmaría como alergia. La verdad es que estuvo muy bien en la emblemática aria de la obra, D’amour l’ardente flamme.

El tercero en discordia, Mephistophélès, fue el bajobarítono Ildar Abdrazakov. Tiene una bonita voz con un volumen suficiente para superar la densidad orquestal de la parte. Me gustó.

Menciona también a José Antonio López, en su debut como Brander, que estuvo bien en el corto papel.

Tanto la orquesta como el coro superaron estuvieron bien. La orquesta estuvo especialmente atinada, sonó nítida y sin atonlodramiento bajo la batuta del extrovertido maestro Nicola Luisotti, director musical de la San Francisco Opera desde Septiembre de 2009.

Lusiotti, que dirige con todo su cuerpo y hasta se le oye resoplar, nos ofreció un Berlioz de gran nivel, comparable al que escuché en Febrero en París bajo la dirección de Sir Colin Davis. Consiguió que la orquesta sonara nítida y bien definida evitando que la densidad orquestal de Berlioz resultara apelmazada. Estuvo pendiente de los cantantes y consiguió que todo fuera fluido.

Al final grandes aplausos para todos teniendo que volver a salir a saludar un par de veces.

Mi consejo es que no os perdáis este título de la temporada madrileña.